Hacia los principios comunes de la flexiguridad

Hacia los principios comunes de la flexiguridad

Resumen de la Normativa Comunitaria (Unión Europea) sobre Hacia los principios comunes de la flexiguridad

Áreas

Estas categorías agrupan y ponen en contexto las iniciativas legislativas y no legislativas, que tratan del mismo tema

Empleo y política social > Protección social

Hacia los principios comunes de la flexiguridad

Acto

Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones, de 27 de junio de 2007, «Hacia los principios comunes de la flexiguridad: más y mejor empleo mediante la flexibilidad y la seguridad» [COM(2007) 359 final – no publicada en el Diario Oficial].

Síntesis

La Comisión presenta una serie de orientaciones para dirigir las estrategias de flexiguridad de los Estados miembros.

De hecho, los principios de flexiguridad contribuyen a modernizar los modelos sociales europeos.

Concepto de flexiguridad

Para ser eficaces, las estrategias de modernización del mercado laboral deben tener en cuenta tanto las necesidades de los trabajadores como las de los empleadores. De este modo, el concepto de flexiguridad es un enfoque global que beneficia a:

  • la flexibilidad de los trabajadores que deben poder adaptarse a las evoluciones del mercado laboral y conseguir sus transiciones profesionales. Del mismo modo, debe favorecer la flexibilidad de las empresas y la organización del trabajo, con el fin de responder a las necesidades de los empleadores y mejorar la conciliación entre la vida profesional y la vida familiar.
  • la seguridad, para los trabajadores que deben poder progresar en sus carreras profesionales, desarrollar sus competencias y recibir apoyo de los sistemas de seguridad social durante los periodos de inactividad.

Las estrategias de flexiguridad tienen por objeto reducir las tasas de desempleo y de pobreza en la Unión Europea (UE). Contribuyen, en particular, a facilitar la integración de los grupos más desfavorecidos en el mercado laboral (como los jóvenes, las mujeres, los trabajadores de más edad y los desempleados de larga duración).

Estrategias de flexiguridad

Las estrategias nacionales deben aplicarse según cuatro principios que se refuerzan mutuamente:

  • la flexibilidad y la seguridad de los contratos de trabajo, en el cumplimiento del derecho laboral, convenciones colectivas y principios modernos de organización laboral;
  • la aplicación de estrategias de aprendizaje a lo largo de la vida, con vistas a apoyar la adaptación permanente de los trabajadores, en particular de los más vulnerables en el mercado laboral;
  • la eficacia de las políticas activas del mercado laboral, para ayudar a los trabajadores a encontrar trabajo tras un periodo de inactividad;
  • la modernización de los sistemas de seguridad social, para la concesión de ayudas financieras que fomenten el empleo y faciliten la movilidad en el mercado laboral.

Los interlocutores sociales deben participar activamente en la aplicación de estrategias de flexiguridad para garantizar la buena aplicación de dichos principios.

Principios comunes a escala europea

Los Estados miembros adaptan sus estrategias de flexiguridad en función de las especificidades de su mercado laboral. No obstante, la Comisión les recomienda cumplir una serie de principios:

  • intensificar el establecimiento de la Estrategia de Lisboa para mejorar el empleo y la cohesión social en la UE;
  • buscar un equilibrio entre los derechos y las responsabilidades de los empleadores, los trabajadores, los solicitantes de empleo y las autoridades públicas;
  • adaptar el principio de flexiguridad a la situación de cada Estado miembro;
  • respaldar y proteger a los trabajadores en periodo de transición o de inactividad, con vistas a que se integren en el mercado laboral o que puedan progresar hacia unos contratos de trabajo estables;
  • desarrollar la flexiguridad interna dentro de una empresa y la flexiguridad externa entre varias empresas, para apoyar las evoluciones de carrera;
  • promover la igualdad entre las mujeres y los hombres, así como la igualdad de oportunidades para todos;
  • favorecer la colaboración entre los interlocutores sociales, los poderes públicos y las demás partes interesadas;
  • distribuir equitativamente los costes presupuestarios y los beneficios de las políticas de flexiguridad, especialmente entre las empresas, los individuos y los presupuestos públicos prestando especial atención a las PYME.

Las financiaciones europeas pueden contribuir de manera significativa a la financiación de estrategias de flexiguridad. De hecho, los fondos estructurales apoyan, en particular, a la formación en la empresa, el aprendizaje a lo largo de la vida y la promoción del espíritu de empresa.

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